Moxie: ¿Feminisno a base de estereotipos? | Reseña
Escrita por: Ivanna Merchán @Ivannamf_
Un movimiento que no descansa es el feminismo. Ha estado en la boca de todos por más de un siglo. Son las jóvenes las que más se involucran en él, y de ahí surge la pregunta ¿existe el feminismo adolescente?
En la nueva película de Netflix, Moxie, esto es una realidad que llega para alterar el orden social de una escuela secundaria. Si bien es cierto, dicen que el futuro es de los jóvenes y por eso hay que crear n mundo justo y equitativo para ellos, pero nadie lo hace y ahí es cuando los jóvenes se encargan de luchar por sí solos. En un ambiente que no intenta proteger la integridad de su cuerpo estudiantil femenino, la lucha es necesaria. Nuestra protagonista es una justiciera que crea una revista en el anonimato para denunciar los comportamientos machistas de sus compañeros y de cómo la autoridad del colegio lo permite.
En esta escuela existen diferentes casos, uno de los primeros es la objetificación a las mujeres, en una lista que las rankea por diferentes atributos como: “la más cogible” “la más fácil” o “El mejor trasero” entre otros adjetivos, en su mayoría sexuales. Esta lista es publicada en pleno evento escolar; donde una de las estudiantes decide reportarlo de inmediato, pero la directora prefiere mantenerse al margen, porque son “cosas de redes sociales”. Es entonces que aparece Moxie, esta revista feminista que nace de la necesidad de alzar la voz, ya que pedir ayuda a las autoridades no es suficiente, porque esta se niega y prefiere no creer que en su institución existan casos de acoso, y así evitar los procesos legales que conlleva este tipo de sucesos. Vivian, nuestra protagonista, se inspira en el pasado rebelde de su madre y escribe la primera edición en una noche, saca cincuenta copias y las deja en el baño del colegio para que sus compañeras lean. Sin duda se hace viral.
Así como la revolución escala, las emociones también, esto se ve reflejado y se intensifica con la iluminación del filme y el vestuario de la protagonista. Al principio vemos paletas grises, tonos que no resaltan, Vivian comienza siendo tímida y nerviosa, pero al reconocer que su revista a pesar de ser anónima tiene una voz con poder. Esto la motiva, su autoestima escala junto a la revolución, los colores y la luz se hacen más vibrantes. De Vivian llama la atención su arco de personaje, pero no podemos omitir los estereotipos en la trama, clásicos de una película estadounidense de comedia adolescente. Están los deportistas que son bullies, liderados por un chico blanco que tiene un chico negro como sidekick chistoso, las “angry black women” y “loud latinas”, el incómodo profesor de inglés que no aporta nada a la trama pero tiene un papel tan recurrente como la madre de la protagonista, la “uptight Asian” que se muestra aún más pasiva y nerviosa que la protagonista quien es una niña blanca. Incluso en la primera escena en el colegio se muestran las estereotípicas cliques de colegio gringo. Es verdad, los colegios no garantizan seguridad, ningún lugar lo hace, pero eso no quiere decir que los estereotipos de secundaria sean representaciones auténticas. No se siente autenticidad, la película pretende hablar de un tema real que es el sexismo y la misoginia en las aulas de clases, pero cae en el error de hacer personajes predecibles que se apegan a los esquemas socioculturales que tanto son protestados hoy en día. Cabe rescatar que el interés amoroso de la protagonista, no estuvo mal, era un aliado a la causa, ¿“demasiado perfecto” sería una desventaja? No, pero ¿por qué es el único que es un aliado abiertamente? Así, quedan varios espacios en blanco, pero el más grande es en el clímax de la película. Se confiesa algo atroz y no obtenemos un cierre concreto.
Moxie no debería tener un final abierto, sobretodo por la carga intensa que se agrega solamente en el clímax. Claro, el futuro del feminismo es incierto, y esta película era solamente el comienzo de una lucha estudiantil, pero el final es decepcionante al dejar a la audiencia en shock por una escena tan emocional y luego cambiar el tono a una mera celebración.
A pesar de eso Moxie, es empoderada, pero estereotípica; vivaz pero predecible. Es una potencial pieza maestra feminista del siglo XXI pero se dejó caer en el básico concepto que tenemos de la secundaria. Sin embargo es una película entretenida, y deja un mensaje claro, que las mujeres pueden y deben alzar su voz sin importar su edad.
Si quieres verla, está disponible en Netflix. Dale play aquí
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