PROMISING YOUNG WOMAN, BELLAMENTE AMENAZANTE | RESEÑA

 

Escrita por: Ivanna Merchán @Ivannamf_

Mujeres empoderadas, pero sensibles, independientes pero solitarias, complejas pero directas. Se acerca el día de la mujer y uno pensaría que esta es una película vivaz, de comedia y de autosuperación, sin embargo es más que eso. Promising Young Woman, encantadora, impredecible, feroz. No sólo su trama es así, su protagonista también, no hay cómo no gozar de la entretenida y conmovedora historia en el debut directorial de Emerald Fennell.  Este filme nominado a los Golden Globes aparte de merecer los aplausos de la crítica debería recibir la atención y el respeto de su audiencia.

Comenzando por la historia, es más que mero empoderamiento femenino, porque las mujeres somos más que eso. Somos sensibles, pero eso no quiere decir que perdonamos con facilidad ni que seamos damiselas en apuros. En realidad significa que sentimos todo con más intensidad y ese es el caso de nuestra protagonista, Cassie. Ella siente dolor todos los días, una depresión y un duelo que la consume y que alimenta su sed de venganza. Esta película es una montaña rusa de emociones, sentimos lástima, impotencia, miedo, en unos momentos alivio, en otros aún más cortos alegría pero es interrumpida por una sensación de coraje cuando en la última salida todo da un giro. Cassie va a bares y clubes y actúa como borracha, luce diferentes cambios de vestuario, para llamar la atención de la mirada masculina y le da la esperanza de que pueda aprovecharse de ella. Pero justo cuando el monstruo machista surge, ella corta la actuación para el escarmiento contra los depravados.

Obviamente los temas que rodean la cinta son serios y su paleta de colores los intensifica. Los colores fuertes como el rojo, o incluso rosado en tonos vibrantes refuerzan las actitudes femeninas empoderadas, le dan fuerza a la feminidad. De esta manera, no es una película feminista cualquiera; cumple con los ciertos parametros como la denuncia a una injusticia como el patriarcado heteronormativo que viola a las mujeres en ebriedad, pero es bellamente diferente porque delata explicitamente como una mujer puede usar su sexualidad para defenderse y dejar un mensaje moral. Así como hay colores que avivan las emociones, uno basta para hacernos bajar la guardia, el azul presente cuando nuestra protagonista no siente rencor, está distraída con quien era su interés amoroso y obviamente el azul también es predominante cuando llega la desilusión. 

En su ópera prima Fennell desenmascara a los hombres que piensan que son lo suficientemente buenos, que piensan que son buen ejemplo. Pone sobre la mesa en un reflector esos “nice guys” y celebra el hecho de defenderse ante toda costa, ya sea amenazando al potencial abusador, porque esa es una manera de prevenir futuros daños a terceras personas. El sound-score de esta película es envolvente, el sonido ronco y lento nos hace sentir frío y miedo en momentos de soledad o peligro. El mise en scene también deja en claro que la sociedad machista del occidente es un mal que atemoriza a la integridad de la mujer, esto es mediante los encuadres que muestran en slow-motion escenas como la despedida de soltero, que se perciben eternas y perversas. Además de que como la protagonista es objetificada cuando está disfrazada de enfermera porque apenas vemos su cara. Su cuerpo está a la vista amplia de la audiencia y está en la misma audiencia saber que una vez objetificada la protagonista algo turbio se acerca porque la despojan de su humanidad.

Trailer Cortesía Tutuqa Trailers

Promising Young Woman no es una película para sentir lástima o pena por las víctimas, tampoco necesariamente para empoderarnos a nosotras mismas. Es una película de advertencia, porque tenemos límites, porque queremos alcanzar justicia. Un indudable 4.2 porqué amamos los finales abiertos pero queremos más de nuestra antiheroína. No merece todos los Golden Globes, merece la atención y reflexión de su audiencia. Emerald Fennell merece ser reconocida como una directora feminista del siglo XXI. Todo esto es más valioso que una estatuilla.