Sumergible: Ahogados en el narco | Reseña

Escrita por Emilia Patiño Carreño @Emiliap555

En un momento de desesperación y con la vida en peligro de tres tripulantes de un submarino clandestino. Así, como una inyección de adrenalina, inicia Sumergible, la nueva película de Alfredo León León, que se estrena este viernes en Ecuador. 

La película cuenta la historia de un submarino construido de manera artesanal por carteles del narcotráfico para transportar droga desde Sudamérica a Estados Unidos. La tripulación es mínima: un capitan, un mecánico y un encargado de la entrega, es todo lo que se necesita. Ellos, al igual que miles de personas arriesgan su vida por una paga. Digo arriesgan, porque este submarino no es nada confiable, se daña continuamente y la comunicación con los “jefes” falla casi siempre. 


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Así es como empieza la película, con uno de esos fallos, donde los tripulantes hacen lo posible por poner en cause de nuevo a la máquina, sabiendo que no es poco probable que falle del todo y se mueran en el intento. Pero esta vez el fallo es distinto, para solucionarlo tienen que abrir la cámara donde va la droga, algo prohibido, y al hacerlo se dan cuenta que no son los únicos seres vivos que viajan en el submarino. Escondidas, amarradas y drogadas van dos mujeres, quienes fueron vendidas a algún magnate del narcotráfico. 


Digo seres vivos y no seres humanos, no porque estas mujeres no lo sean, si no por la situación en la película retrata la constante objetificación de las mujeres en el mundo. Ellas son transportadas al igual que los paquetes de drogas, como regalos, no como personas. Cuando las descubren, una está muerta, la otra, Reina, está despierta y los tripulantes deben hacerse cargo de que ella llegue viva (ni sana, ni salva) a su destino. 


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El nuevo largometraje de León nos muestra dos realidades crudas sobre las decisiones que tomamos y los peligros a los que estamos expuestos. La primera, es la de los miembros de la tripulación: la situación socioeconómica de América Latina ha llegado a un punto tal de precariedad, que aceptar ir en un viaje con todas las condiciones en contra, donde la muerte espera en cada ola, es preferible que quedarse en tierra y tratar de costear la vida. 


La segunda, es la de Reina, la mujer que viaja como regalo. La gran diferencia entre ella y los miembros de la tripulación es que ellos decidieron ese destino, a ella la obligaron. El peligro que ella corre estando en ese submarino no lo eligió, pero además, estar encerrada con tres hombres incrementa las posibilidades de sufrir cualquier tipo de ataque, pues ellos también la ven como un regalo. Las mujeres siempre están en más peligro que los hombres. 


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La película logra generar estos sentimientos con una realización impecable. Si bien la historia baja un poco el ritmo después del peligro inicial, mantiene la tensión durante todo el film, lo cual rescato como un trabajo espectacular de dirección y una actuación magnifica por parte de todo el elenco. Pero esto, no sería posible sin el soporte que le da la parte técnica. El diseño de producción hace imposible pensar que no estas dentro de un submarino. La sinergia que logran entre la fotografía y el sonido consiguen un sentimiento de claustrofobia constante. La cámara se mantiene en movimiento, sin llegar a marear, con planos cerrados que nos hacen sentir en un espacio limitado. El diseño sonoro nos mantiene debajo del oceano, en una especie de vacío que es infinito, pero a la vez encerrado. Haciendo que la tensión se sienta y no solo se entienda. 



Sumergible estrena este 12 de marzo en Multicines (Quito) y para todo Ecuador por Touche Premiere una nueva plataforma de streaming. Recomiendo verla en el cine para poder disfrutarla al máximo, pero si prefieren no salir de casa, pueden verla por Touche Premiere que trae varios beneficios. Eso sí, imposible no verla. 


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